Un juzgado de Oviedo condena, por primera vez, a Bankia a
reintegrar el dinero invertido en la colocación de acciones de la OPV de 2011.
El magistrado considera que se produjo mala comercialización por parte de la
entidad al entender que a los clientes se les estaba engañando con el... precio de las
acciones y con una gran demanda inexistente. La entidad presidida por
Goirigolzarri ya ha devuelto los 38.000 euros en títulos que invirtió una
familia, a la que también se le había colocado 60.000 euros en
preferentes.
Bankia pierde otra batalla en los juzgados. Una derrota que
puede tener unas consecuencias impredecibles para la entidad presidida por José
Ignacio Goirigolzarri. Por primera vez, la Justicia ha considerado una estafa la
salida a Bolsa, liderada por Rodrigo Rato, en 2011. Pablo Martínez-Hombre,
titular del Juzgado de Primera Instancia número 10 de Oviedo, ha firmado una
sentencia histórica en la que se condena a la entidad a devolver a una familia
los 38.000 euros que invirtieron en la compra de títulos de la oferta pública de
venta (OPV). La sentencia, a la que ha tenido acceso Vozpópuli, dictada el
pasado 21 de noviembre, supone el primer fallo contrario a Bankia por la
comercialización de sus acciones con motivo de su salida a Bolsa. Sólo en el
primer año, los inversores perdieron un 82% del precio inicial de 3,75 euros por
acción, lo que suponía una rebaja del 15% respecto al nivel más bajo de la banda
inicial (4,41-5,05 euros).
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El juez Martínez-Hombre fundamenta su fallo en la mala
comercialización realizada por la entidad en la colocación de estos títulos, lo
que abre la esperanza a los miles de afectados que han denunciado a Bankia por
esta causa. En su exposición, el magistrado basa la condena en dos
circunstancias. Por un lado, recalca que los trabajadores de la entidad
reconocen que vendieron a los afectados "unos valores muy demandados, puesto que
se estaban vendiendo por debajo de su valor". "Lo que notoriamente no era
cierto", asegura el magistrado. La segunda circunstancia que critica el juez se
basa en cómo la entidad incitó a los afectados a solicitar una cantidad de
títulos superior a la que realmente deseaban, en base a que "seguramente habría
un prorrateo sobre las peticiones, dada la elevada demanda de acciones que
estaba teniendo lugar". Sin embargo, los afectados tuvieron que 'comerse' la
sobrepetición de acciones al no existir prorrateo finalmente.
"Ello unido
al hecho, no negado por la demandada (trabajadora de la entidad), de que los
demandantes intentasen ponerse en contacto con la entidad bancaria el último día
de la oferta con la intención de anular la orden, reconociendo la citada testigo
que, cuando habló con ellos alrededor de ese día, le manifestaron esta voluntad,
demuestra que los clientes firmaron las órdenes en junio de 2011 en la creencia
de que las cantidades recogidas en ella tenían carácter provisional, siendo la
cantidad que realmente iban a invertir la que resultase del prorrateo que en el
banco les había comunicado que se iba a realizar", explica la
sentencia.
"Todo ello hace pensar que los actores sufrieron, al tiempo de
firmar las órdenes", prosigue el fallo judicial, "un error tanto sobre la
cantidad de títulos que adquirían y de dinero que invertían como sobre el valor
de dichos títulos, inducidos a pensar por la entidad que la cantidad que
finalmente invertían sería inferior a la reflejada en los títulos y que el valor
de estos era muy superior al precio que iban a pagar por ellos".
El juez
explica en su fallo que "no era cierto" que hubiera mucha demanda por las
acciones de Bankia, como aseguraba la entidad, ni que los títulos se estuvieran
vendiendo "por debajo de su valor" por este exceso de peticiones
La
sentencia no fue recurrida por Bankia, según confirman fuentes de la entidad,
que aseguran tener fallos en sentido contrario. De hecho, el banco presidido por
Goirigolzarri ha devuelto ya a esta familia afectada no sólo los 38.000 euros
invertidos en la compra de títulos en la salida a Bolsa sino también otros
60.000 euros colocados en preferentes. "Inicialmente", relata a este medio José
Antonio Ballesteros, el letrado de los afectados, "mis clientes sólo pretendían
reclamar la inversión en preferentes porque veían complicado poder recuperar el
dinero de las acciones porque es un producto de más riesgo. Todo el mundo sabe
lo que implica comprar acciones.
"Sin embargo", prosigue el letrado, "les
animé a reclamar por las acciones ya que la colocación era una baraja marcada,
como se demostró posteriormente, por la contabilidad falseada por el equipo de
Rato. El fraude en la colocación de las acciones de Bankia ha sido tan evidente
que la viabilidad de las demandas de nulidad de las compras de acciones o de
resarcimiento de las pérdidas sufridas es aún más evidente que en el caso de las
preferentes".
Esta sentencia puede convertirse en precedente para el
fallo que tiene que dictar José María Fernández Seijo, titular del Juzgado de lo
Mercantil número 3 de Barcelona, sobre la demanda interpuesta por dos hermanas
de Badalona que han solicitado la nulidad de la compra de acciones de Bankia por
valor de 90.000 euros que hizo su padre, que entonces tenía 90 años, al
considerar que la entidad no le informó correctamente sobre su nivel de
solvencia. El juicio oral se celebró el pasado 10 de febrero.
En la vista, la
abogada de Bankia alegó que el anciano -que falleció en diciembre pasado a los
92 años de edad- estaba perfectamente lúcido cuando compró las acciones, se le
informó debidamente del producto y conocía los riesgos de su adquisición. En el
juicio han declarado únicamente el director de la oficina de Badalona y la
responsable de zona de Bankia, que fueron a casa del anciano a venderle las
acciones, ya que la entidad financiera ha renunciado a interrogar a las dos
hermanas, que alegan que su padre firmó la compra de acciones pensando que
compraba Bonos de la Generalitat.
En el caso de prosperar las
reclamaciones de esta y otras causas pendientes, Bankia tendría que hacerse
cargo del pago de las posibles condenas, que se sumarían a las cuantías que la
entidad tiene que satisfacer por las reclamaciones judiciales y los arbitrajes
de las preferentes y deuda subordinada. Goirigolzarri estima el coste del
arbitraje en 1.200 millones, como explicó en la presentación de resultados
anuales del grupo. Sobre las reclamaciones judiciales por los híbridos, Bankia
resarcirá los primeros 230 millones que tenga que devolver por los fallos en los
tribunales. A partir de esta cantidad, será Banco Financiero y de Ahorros (BFA),
la matriz del grupo, quien asumirá el pago a los afectados. Un movimiento que la
entidad se niega a explicar.
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